Siempre
que se rompe una amistad culpamos al otro de haberlo provocado, siempre
es el otro el que se comporta mal, el que no te merece y al mínimo
error que cometas ese “otro” acaba siendo “el peor amigo del mundo”. Uno
de los grandes errores de las personas es no saber aceptar nuestros
errores, tenemos complejo de perfectos. Y, ¿sabéis cuál es el otro? El
orgullo. El orgullo nos mata, hace que estemos constantemente perdiendo
cosas y, lo que es mucho peor, personas. Personas que en un momento dado
lo han sido todo, que has confiado en ellas a más no poder y que las
has querido con locura. Realmente, es el orgullo el que mata relaciones,
amistades o incluso simplemente compañerismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario